Como ahora, la fiebre electoral también se extendió por Balears, y
toda España, hace un cuarto de siglo. 1979 fue un año electoral y
con pocas semanas de diferencia se celebraron dos elecciones
trascendentales: elecciones generales el uno de marzo y elecciones
municipales el 3 de abril. En las Islas, además, las elecciones
municipales coincidieron con una convocatoria que nunca se ha
vuelto a celebrar: la elección directa a cada uno de los consells
insulars. Todavía no se había aprobado el Estatut de Autonomía que
iba a establecer que los parlamentarios de cada una de las islas
serían también «consellers» insulares.
A las elecciones municipales se presentaron 273 candidaturas. El
partido más votado fue la UCD pero en algunos ayuntamientos se
firmaron acuerdos entre el resto de partidos, en lo que supuso un
antecedente dePacte de Progrés. El caso más significativo fue el de
Palma, donde Ramon Aguiló se convirtió en el primer alcalde
socialista de Palma desde la Segunda República. Jerónimo Sáiz
encabezaba la lista de UCD; Ignasi Ribas, la del PCIB; Jaume
Obrador, la del PSM y Gabriel Cañellas la de Coalición Democrática.
Cañellas, que años después (1983) se convertiría en primer
presidente de la Autonomía no logró ser elegido concejal.
Las elecciones municipales de abril de 1979 transformaron por
completo la vida de las ciudades y pueblos de las Islas y se
acometieron reformas sin precedentes que obligaron a inversiones
extraordinarias. Durante la campaña electoral, Ultima Hora publicó
un informe en que se cifraba en 20.000 millones de pesetas de la
época el dinero que haría falta para «poner Palma al día». Eso
equivalía al presupuesto municipal de diez años.
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