TW
0

La directora general de Cooperació del Govern balear, Magdalena Contestí, encabezó la delegación menorquina que visitó Ghana del 26 de marzo al 1 de abril, más concretamente la aldea de Binde, hasta donde ha llegado la solidaridad insular. En Ghana reside desde hace varias décadas el misionero menorquín Manel Bonet, quien desolado por la indefensión de los habitantes de Binde, que debían recorrer 300 kilómetros para llegar al centro médico más cercano -en Tamale-, decidió solicitar ayuda en su tierra de origen para la construcción de un hospital.

Tras años de trabajo, el Hospital Rural de Binde es hoy una realidad, gracias a las aportaciones del Govern balear, el Fons Menorquí de Solidaritat y el Consell Insular de Menorca. Lo último que se ha construido, y que acaba de ser inaugurado por la delegación, es un quirófano, una lavandería, una zona de pediatría y viviendas para el personal sanitario que, se espera, un día pueda tener el centro médico. Y es que en el hospital trabaja, por ahora, un único médico, que es mallorquín, Joan Albertí, subvencionado por el Govern balear. La razón es que Ghana padece un serio problema de fuga de cerebros (especialmente hacia Gran Bretaña, antigua potencia dominadora) y conseguir que los médicos locales se queden en el país resulta difícil y costoso.

Para hablar de este tema, la directora general tuvo la oportunidad en su viaje de reunirse con el ministro de Sanidad de Ghana, al que solicitó personal para el hospital. Aunque no será de un día para otro, la responsable del Govern balear explicó que se concretó la elaboración de un plan a cinco o siete años para ir cediendo poco a poco el control del centro.

Mónica González