Más de un centenar de parques infantiles ocupan sus recintos en más
de cuarenta barriadas de Palma. En concreto, 49 se ubican en la
zona de Levante y 57 en la de Poniente, con un coste total de 2
millones de euros. A ellos habrá que añadir este año alrededor de
una veintena de juegos más, cuando el Ajuntament de Palma
recepcione otras tantas obras que serán terminadas a lo largo de
este año.
Los juegos mantienen una tipología que se repite en cada
barriada, aunque difieren unos de otros en el número de juegos y en
el estado de conservación. Balancines y juegos de muelles,
columpios, toboganes y castillos integran un primer grupo, al que
añadir las redes tridimensionales, las tirolinas y juegos
deportivos.
El 95 por ciento de los primeros son de madera, «porque la
mayoría de las casas que distribuyen juguetes los hacen de madera y
porque, con respecto al plástico, es menos inflamable», afirman
fuentes de la Empresa Municipal de Aguas y Alcantarillado
(Emaya).
También la mayoría tienen el suelo de arena, «el mejor método
para amortiguar los posibles golpes de los niños y más económico
que el suelo sintético». Los hay peor conservados y los que lucen
un estreno reciente, como el situado en la plaza Santa Pagesa, con
suelo sintético y muy limpio. Otros, sin embargo, han visto pasar
los años y, a pesar de las tareas de mantenimiento, descubren un
creciente deterioro. Es el caso del ubicado en la calle José
Alemany Vich, con un suelo terroso, muchas piedras, con socavones y
algo sucio.
Todos están sujetos a un mantenimiento que realiza el servicio
municipal de Parques y Jardines. La arena, por ejemplo, se «airea»
con un rastrillo cada día y una vez al mes la remueve un
motocultor. Una vez al año se renueva totalmente. También con una
periodicidad mensual se desinfecta, periodo de tiempo que puede
variar dependiendo las necesidades particulares del parque.
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