Los pastores eléctricos, que son unos cerrados de alambre muy
habituales a la ganadería extensiva que producen una leve pero
persuasiva descarga eléctrica, contribuyen a asegurar el
acotamiento de las zonas de trabajo y también impiden que los
animales se escapen.
Tal y como explicó Miquel Sintes, director gerente de este
organismo autonómico, «esta iniciativa se encuentra todavía en fase
piloto en Balears, aunque en otras comunidades como Aragón ha dado
muy buenos resultados». De hecho, la colaboración de técnicos
forestales de esta autonomía ha sido importante para el desarrollo
de la fase de prueba del experimento en la Serra.
La manada equina de la fase piloto está compuesta por cuatro
asnos, cuatro mulos y cuatro caballos. La intención del instituto
es evaluar la efectividad y viabilidad de esta manera «ecológica y
natural de hacer cortafuegos» y emitir un informe «a finales de
este año o a principios del próximo» sobre los resultados
obtenidos.
Sintes explicó que «la idea es contribuir a la supervivencia del
burro mallorquín a través de este programa, que resulta además de
utilidad pública y que representa un complemento muy beneficioso a
la tarea de los agentes forestales del Ibanat, ya que todo lo que
se comen los animales no tienen que limpiarlo ellos y pueden
dedicarse a otras tareas de cuidar el bosque».
El director gerente apuntó que «en la Península la experiencia
se ha llevado a cabo con éxito con otras especies animales, como
cabras, ovejas y vacas, sin embargo lo cierto es que aquí da un
poco de miedo introducir más cabras en el entorno natural, debido a
los problemas y daños que ha provocado la variedad asilvestrada que
puebla la Serra de Tramuntana».
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