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OLGA QUINTANILLA-MADRID
Spanair incorporará la clase turista con tarifa flexible en la misma cabina que actualmente ocupa la Clase Business Avant, según informó ayer el presidente de la aerolínea, Gonzalo Pascual. La compañía pretende con esta medida, que implantará el próximo 19 de abril, crear un nuevo modelo de servicio en sus rutas nacionales de línea regular del que se beneficiarán al 30% de sus pasajeros. De esta forma, la compañía proporcionará un servicio de calidad a la clase turista con ventajas de ahorro que pueden alcanzar hasta el 35% en el coste del billete de estas tarifas y el alto grado de flexibilidad a la hora de cancelar o modificar sus planes de viaje. Este nuevo servicio se adaptará al segmento de demanda de profesionales que realizan viajes frecuentes durante la semana.

Pascual declaró que Spanair quiere cambiar el concepto de apostar únicamente por el precio de los billetes. «Spanair seguirá con tarifas baratas pero el turista con tarifa normal disfrutará de una calidad en el servicio que antes no existía», dijo el presidente quien añadió que con este nuevo modelo de servicio, «Spanair revoluciona una vez más el mercado de la aviación comercial en España y defiende la continuidad de los servicios exclusivos a bordo, ofreciendo a estos pasajeros un valor añadido en comparación con otras líneas aéreas que están eliminando parte de sus prestaciones a los clientes que adquieren esta clase de tarifas».

Los pasajeros que adquieran billetes de tarifas turista flexibles disfrutarán de ventajas que hasta ahora eran exclusivas de la clase Business Avant como servicio de facturación telefónica en el que podrán elegir y reservar su asiento, así como obtener información de su vuelo; tiempo límite de facturación de hasta 30 minutos antes del vuelo en los mostradores exclusivos de esta clase y posibilidad de facturar hasta 30 kg de equipaje. Preguntado sobre el planteamiento de este nuevo servicio como clase intermedia respecto a la clase Business Avant, el presidente de Spanair negó este extremo y aseguró que el cliente de la clase de lujo que disfrutará del asiento intermedio vacío en las filas de tres, «no tiene porque sentirse menospreciado».