Michael Douglas llegó a Mallorca la pasada semana en compañía de
su esposa e hijos. Cuentan que el viernes pasado los vieron -a Zeta
y él con el pequeño Dylan- comprando en el Carrefour de los Ocimax,
donde levantaron gran expectación. «Ella iba muy mona -nos contó
uno que la vio-. Se había puesto una gorrita de visera y tiraba del
carrito. Michael, de la mano, llevaba al niño, muy rubito y muy
guapo».
El domingo, la pareja viajó a Montmeló (Barcelona) para asistir
al gran premio de Fórmula Uno, donde coincidieron con el rey don
Juan Carlos y su yerno, Iñaki Urdangarín. El lunes ella regresó al
lugar donde está rodando una película, mientras que él volaba a
Portugal para asistir a la presentación de la Eurcopa, o mejor, a
la fiesta que siguió a dicha presentación. Allí comentó ante las
cámaras que su mujer estaba rodando, sin especificar en ningún
momento en qué lugar ni tampoco que se hubiera trasladado
temporalmente a su casa mallorquina de s'Estaca.
El martes fue invitado oficialmente a asistir al estreno de
«Cosas de famila», película en la que trabajan su padre, Kirk, su
hijo, Cameron, y él. Douglas aceptó siempre y cuando quedara claro
que asistía para apoyar a quienes luchan contra el Síndrome de
Down, y no para hacer publicidad de la película. Ayer por la
mañana, aprovechando que la niebla, el viento y la lluvia que desde
hacía días se había adueñado de s'Estaca, las nurses se llevaron a
los niños a que jugaran en una plazoleta que hay cerca de Costa
Nord.
Pedro Prieto
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