Catalina Cirer cortó la cinta inaugural junto a los organizadores.

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El núcleo palmesano de Sant Jordi vivió con una masiva asistencia de público la IV edición de la Fira del Caragol, jornada a la que acompañó un sol radiante.
A partir de las nueve de la mañana, los organizadores salieron a las calles cual caracoles tras la lluvia, pues la víspera se habían ido a dormir «a las tantas». Pep Maria Lendines, veterano fundador de la feria, señaló que «la muestra de recetas de caracoles había despertado de nuevo mucho interés y la gente disfrutó paseando y degustando algunos platos del molusco terrestre».

El premio Bover fue para Margalida Carrió, Povi, con la receta «calamares rellenos de caracoles». El primer premio de platos tradicionales fue para Guillem Catalá, President, con «caracoles con habas tiernas», y el primer premio de platos innovadores fue para Margalida Bauzá con «cebollas rellenas de caracoles».

Durante la mañana, el público pudo visitar los numerosos estands de artesanos colocados en las calles colindantes a la plaza del núcleo, además de la exposición de herramientas antiguas. A mediodía, la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer, cortó la cinta inaugural acompañada por el director general de Agricultura del Govern balear, Gaspar Oliver; los concejales Margalida Ferrando y Sebastià Sansó y miembros de la organización.

El público pudo degustar una enorme ensaimada que aportó el pastelero Juan Coll y, ya en la plaza, los variados platos de caracoles preparados por restaurantes y vecinos. Se despacharon en total unos 2.000 kilos de caracoles.
Amalia Estabén
(texto y foto)