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La ejecución de créditos hipotecarios en los juzgados de primera instancia de Palma se redujo a cero en 2003, según la memoria judicial de ese ejercicio. Los efectos impagados pasaron de 170 en 2002 a ninguno el pasado año, confirmando los niveles de morosidad más bajos de la historia como consecuencia de la bonanza económica.

Todo ello, a pesar del aumento de las quiebras (36 en 2002 y 44 en 2003) y de suspensiones de pagos (de 2 en 2002 se pasó a 5 en 2003), y del incremento en general de los asuntos tramitados en los juzgados de primera instancia (15.125 en 2003 y 13.318 en 2002).

Esa situación de aumento de la carga de trabajo fue paliada con la entrada en funcionamiento del juzgado de primera instancia número 18 el pasado mes de diciembre.

Con respecto a la evolución de los impagados en bancos, cajas de ahorros y cooperativas de crédito durante el primer trimestre de este año ha tenido un mínimo repunte, circunstancia que en opinión de la Confederación de Asociaciones Empresariales de Balears (CAEB) «no tiene importancia alguna, principalmente porque el nivel de solvencia financiera y capitalización de las empresas de Balears es óptimo, lo cual garantiza el sistema de pagos». Las perspectivas económicas para este ejercicio son moderadamente optimistas, porque todo dependerá de cómo transcurra la temporada turística y la evolución del sector industrial y de la construcción.