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La ausencia de algún que otro pétalo de rosa en los aledaños de la iglesia del Socors, donde tiene su veneración Santa Rita, era un claro anuncio de la ausencia de sus más fieles devotos en el día de su fiesta.

El motivo no era otro que la Boda Real, que acaparó la atención durante toda la mañana de ayer, coincidiendo con las misas en su honor. Para quienes conocemos la fiesta de Santa Rita, entrar en el templo y asistir a una de esas misas daba la impresión de que nada se celebraba. En la de las once contamos a unas cincuenta personas, donde en ediciones anteriores no bastan los bancos, y lo peor, ver la capilla con la imagen completamente vacía de fieles.

El padre Félix Carmona, predicador de la novena y anterior rector del Socors, que se encuentra destinado en la actualidad en el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial señaló que «en la misa de las ocho ha habido mucha gente, pero en las sucesivas, debido al enlace, se ha notado la falta de gente».

Amalia Estabén