Algunas de las réplicas exhibidas alcanzaban los tres metros de ancho y pesaban una media de 20 kilos. La mayoría de aviones exhibidos por radio-control funcionan con un motor a reacción que puede superar los 200 kilómetros por hora en vuelo rasante.

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La concentración de reactores por radio-control organizada por el club RC Palma, se clausura hoy con la exhibición de los mejores pilotos europeos. La finca dels Aubellons de Can Simonet de Santanyí acogió durante el día de ayer una de las «exhibiciones mejor valoradas en Europa» tal y como la calificó el presidente del RC Palma, Sebastià Ramón.

La mayoría de aviones exhibidos son réplicas de verdaderas aeronaves a reacción, aún así destacó el modelo Catana de Pedro Caldentey que funciona con pistones. La gran decepción para los amantes de la aviación por radio-control llegó de la mano del piloto alemán Pete Michel, al no poder trasladar éste su Boeing 747, uno de los más esperados en la exhibición.

Aún así, Thomas Gleissner con un modelo Raven con turbohélices deleitó a todos los presentes con las acrobacias de su reactor. Entre los pilotos españoles destacó Roberto Montiel, ejecutando auténticas virguerías aéreas y Matías Durán de Mallorca.

Ochos cubanos, vuelos invertidos, virajes cerrados y rizos provocaban los aplausos de todos los presentes. Los aviones por radio-control que pudieron verse ayer en Santanyí y que durante el día de hoy continuarán con sus acrobacias alcanzan velocidades de auténtico vértigo, pudiendo superar los 200 kilómetros por hora en vuelo rasante. Más aún, las turbinas a reacción de las aeronaves presentan una potencia de empuje con una media de veinte kilos y desarrollan 150 revoluciones por minuto.

«Es muy difícil señalar al mejor piloto presente, todos son buenos. Para los amantes de los aviones esto equivale a la Fórmula 1 de los coches decía Pablo López, un organizador.

M.Puigròs