Los vecinos del arrabal de Santa Catalina vivieron con especial
devoción los actos del 75 aniversario de la cofradía de penitentes
Cristo de los Navegantes. No era para menos. La venerada imagen
llevaba cerca de cuarenta años sin salir en procesión en la fecha
de Pentecostés, y por ello llenaron el templo de Sant Magí para
asistir a la misa solemne.
Estuvo presidida por el vicario general, Andreu Genovart, junto
al rector de la parroquia, Llorenç Sastre, y el consiliario
Sebastián Oliver, entre otros sacerdotes. Entre las autoridades
asistentes estuvieron la concejala Catalina Terrasa; el director
insular de Relacions Institucionals del CIM, Josep Lliteres; el
presidente de la Cofradía de Pescadores de Palma, Pep Bonnín
Forteza, y el presidente de la Asociación de Cofradías de
Penitentes, Tomás Darder, acompañados por el presidente de la
cofradía anfitriona, José Luis Picó.
Acabada la misa abrió la procesión la banda de La Salle, seguida
de fieles y estandartes. La «Marcha Real», interpretada por la
banda La Salud, de Santa Catalina, y el repique de campanas
saludaron a la imagen cuando salió del templo en posición
inclinada, recibiendo muchos aplausos del público al izarla. Detrás
acompañaron los cofrades portando en su totalidad las medallas, el
clero, autoridades y banda de música. Al llegar a es Jonquet la
imagen fue girada en el número 21 de la Plaça Vapor, domicilio de
una joven de 35 años que se encontraba muy enferma, saliendo al
balcón su madre, para cumplimentar tan emotivo gesto.
Amalia Estabén
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