Ayer se hicieron públicas las listas definitivas de alumnos
admitidos a los centros de educación Infantil y de Primaria con un
día de retraso. Los padres que se acercaron a las escuelas
mostraban sentimientos bien contrapuestos: por una parte, la
alegría de quienes al final habían conseguido la plaza deseada y,
de la otra, la rabia de todos los que por un motivo o por el otro
no la habían obtenido. En el centro concertado Pius XII de Palma,
uno de los que presenta mayor demanda de la ciudad, de buena mañana
los padres se fueron acercando de manera progresiva en el tablón
donde estaba las listas de admitidos.
A simple vista la cara de los padres o de otros familiares
delataba al resultado. Eva Maria Melgar tenía esperanzas que a su
hijo de tres años lo aceptasen en este centro, sin embargo no se
mostraba muy decepcionada: «En el fondo me lo esperaba porque sólo
tenía puntos por zona y ahora tendré que ir a la oficina de
escolarización para ver qué escuela me dan.
Catalina Vicien fue una de las madres que se mostraban más
enfadadas: «He de decir que a mí me faltaban cuatro días para el
año de empadronamiento, según la fecha de referencia que marcaban
en la Conselleria d'Educació, y por eso sólo he tenido medio
punto». Vicien también protestó porque todavía no sabe qué escuela
le tocará ahora. «Me parece fatal y además esperaba que hoy mismo
me dijeran a qué centro tenía que ir y no me han dicho nada»,
manifestó.
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