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Àngela, minusválida a causa -según ella- de los efectos del tabaco -perdió las dos piernas y algunos dedos de su mano-, por lo que llevó a Tabacalera a juicio, aunque perdió, tiene serios problemas. Madre de dos hijas, una de ellas con minusvalía física, y abandonadas por el marido, «del que no tenemos noticias desde hace cuatro años», se le acaba de romper la silla de ruedas motorizada. «Con un sueldo de 660 euros al mes, no puedo permitirme comprar una, así que se la he pedido a la Seguridad Social, que me ha dicho que sólo me puede aportar el 65 por ciento de su valor, que son 580.000 de las antiguas pesetas. Como no me puedo permitir pagar ese 35 por ciento que falta, he acudido al Ayuntamiento de Calvià a solicitarlo, pero desde Acción Social me han dicho que no puede ser, pues no tienen presupuesto. ¡Joder -les he dicho-, que no estoy pidiendo para comprarme unas cortinas o un tresillo. Necesito ese dinero para adquirir unos pies, pues sin silla de ruedas motorizada, al tener la rampa de casa en pésimo estado, es que no puedo salir, ni a comprar, ni a tomarme un café, ni a nada». Ante esta negativa -«los ayuntamientos se rigen por presupuestos, y cuando éstos están cerrados ni se puede añadir ni quitar un euro de ellos», le digo, ya que es lo que me han contado cerca de éstos, de los ayuntamientos, cada vez que ha ocurrido una cosa parecida-, digo que ante la negativa recibida, acude a los lectores de Ultima Hora para pedirles que la ayuden. Nos deja su móvil, el 679612175 por si alguien puede contribuir en reunir esos mil doscientos euros que le faltan.

Pedro Prieto