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G.ALOMAR
Numerosos visitantes acudieron ayer a la cita de despedida con la fragata Baleares (F-71) que ayer celebró una jornada de puertas abiertas en su crucero naval que pone fin a su carrera naval de 31 años de vida marítima. Si bien el navío quedó abierto a partir de las diez de la mañana fue al mediodía cuando el público asistente se congregó mayoritariamente al pie de la pasarela que conducía a la toldilla de popa. Allí unos oficiales daban la bienvenida a los visitantes que recibieron un folleto conmemorativo del buque con una foto y sus características técnicas. Seguidamente, un marino de guardia emprendió el recorrido guiado por los lugares más representativos del buque donde se explicó el cometido de cada elemento. A medida que se ascendía por las cubiertas en dirección a proa, un público de todas las edades pudo ver el primer sistema lanzamisiles de la Armada, los tubos torpederos apostados sobre cubierta y apuntando a la superficie del mar, un equipo de defensa puntual antimisiles, piezas de artillería antiaérea dotadas de radar de sequimiento y cámara de fotos incorporada y un cañón de defensa naval de 127/54 milímetros capaz de efectuar 45 disparos por minuto a una distancia de 23 kilómetros. Un lugar del buque que atrajo especialmente la atención fue el puente de mando donde se pueden admirar elementos que ya forman parte de la historia naval y son cada vez más dificiles de encontrar a bordo de los buques modernos. Como una clásica rueda de timón sin piloto automático, una bitácora o un telégrafo de órdenes, entre otros aparatos destinados a la comunicación entre el puesto de mando u la sala de máquinas a base de 2 calderas de vapor y 1 turbina. Una oportunidad irrepetible que hoy los interesados podrán aprovechar por última vez a las 18:30.