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Ana Obregón y su hijo Alejandro ya están en Mallorca disfrutando de las vacaciones. Llegaron el sábado y ayer, tras pasar parte del día en «El Manantial», la casa de los Obregón en Costa de los Pinos, decidieron darse un baño en sa Coma.

¿Se imaginan cómo fue la llegada de Ana y su hijo a la playa? Ella muy mona, de fucsia, con cinturón blanco y gafas rosas; y el muchachote, metido en un pantalón azul y camiseta Puma. Y detrás de ellos, una docena de periodistas. Jamás estuvimos tan cerca, y ella, sin embargo, parecía como si ni se hubiera percatado de nuestra presencia. Y los bañistas, los más próximos, alucinando. Y es que no era para menos. Porque luego va y se despoja del vestido y se queda en bikini, también de color fucsia, muy fashion.

Al principio Ana parecía que no tenía muchas ganas de remojarse, pero una vez que salió su hijo del agua, y le ayudó a secarse, se zambulló en ella tras corta carrerita sobre la arena.

«Vamos a estar todo lo que queda de julio en la Costa de los Pinos y... Bueno, pues ya que estamos aquí, hablamos un ratito, me preguntáis y luego me quedo tranquila...»

Echamos cuentas, pero viendo que todavía faltan por llegar media docena de periodistas a Mallorca, nos tememos que eso no va a ser posible. Además, ella es siempre noticia, incluso cuando no se lo propone.

Entre otras muchas cosas nos dijo que está encantada con la serie «Ana y los siete»; que va a renovar contrato con Televisión Española, «por lo que en septiembre comenzamos a grabar de nuevo». También resaltó que está muy ilusionada viendo que ha sido nominada como una de las mejores actrices de serie televisiva en el Festival de Mónaco; dijo también que «tal vez» su ex, Alessandro Lecquio, «se venga a pasar un fin de semana a la Costa de los Pinos, y así ve al niño».

Pedro Prieto