Perea precisó que «la gente que viene de fuera se empadrona en
Ciutat, trabaja, contribuye al desarrollo de la economía, alquila
y/o compra una vivienda, se integra en la sociedad, y después
resulta que no puede acceder a los mismos descuentos que el resto
de la población. Hace más de 10 años que luchamos para que se nos
considere este derecho. Hablamos hace unos años, en el Congreso de
Residentes de este tema con el Ajuntament de Palma, pero nos
dijeron que nos remitiésemos al Govern balear. Y bien, aún estamos
esperando una respuesta», lamentó.
Marlene Perea, presidenta de la Federació d'Immigrants de les
Illes Balears (FAIB), aseguró que «el hecho de que no se prevea
aplicar el descuento para residentes en el precio de los billetes a
los inmigrantes extracomunitarios supone un acto de discriminación
injustificada por parte de las administraciones públicas. Ello
significa que, según los que nos gobiernan, hay dos tipos de
personas: los que viven aquí con plenitud de derechos y los que no
los tienen. Esto es impensable en cualquier estado democrático que
se precie, donde todo el mundo debe acceder a las mismas
prestaciones y debe tener los mismos derechos», consideró.
Por otra parte, el presidente de la asociación de ecuatorianos
de Balears «Velasco Ibarra», Carlos Villalba, aseguró que «para
nuestros dirigentes políticos, no es suficiente que tengamos el
certificado de empadronamiento y tampoco es suficiente que
trabajemos de sol a sol. Hay que ser ciudadano de la Unión Europea
para acceder a ciertos derechos. Es un acto de racismo y
discriminación, se está estableciendo una categoría entre
ciudadanos de primera y de segunda», afirmó.
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