La bahía de Palma volvió a ser el escenario privilegiado de las
regatas de la XXIII Copa del Rey, que comenzaron ayer con gran
expectación deportiva y especial atención al desfile monárquico. El
primero de la Familia Real en aparecer fue el príncipe Felipe, con
barba, claro. Saludó a la prensa y a la comitiva y se embarcó con
la tripulación del «CAM». Poco después llegaba el Rey, como siempre
muy simpático, hablador y juguetón con los niños.
Más discreta fue la patrona del «Azur de Puig», la infanta
Cristina, que enseguida se enroló en su embarcación con sus
compañeros. Por las terrazas del club circulaba un ambiente VIP,
con personajes como el escritor Fernando Schwartz o el trío formado
por la actriz Miriam Díaz Aroca, la modelo Sandra Ibarra y Fernando
Pacheco, el novio de la hija de Montserrat Caballé.
Pero la presencia más relevante estaba en altamar, concretamente
en la lancha «Somni». A bordo, dos reinas y una princesa animaban a
los suyos. La reina Sofía, la más expresiva, pendiente del barco
«Bribón», mientras que la reina Sonia de Noruega buscaba con su
cámara a su esposo, el rey Harald, patrón del «Fram XV». Más
tranquilos charlaban doña Letizia e Iñaki Urdangarín, que estuvo
muy pendiente de su hijo Juan Valentín, que llevaba unas simpáticas
y chulas gafas de sol.
Tolo Llabrés
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