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Las calles del centro de Palma ha sufrido, este fin de semana, de una auténtica «invasión» de basuras, depositadas en bolsas de plástico en el suelo, junto a los contenedores y buzones de recogida neumática. En la tarde del sábado ya se empezó a notar la acumulación de bolsas junto a los buzones de aspiración, en algunos casos porque las portezuelas no se abrían, ante lo que algunos ciudadanos optaron por depositar las bolsas al suelo.

El domingo por la mañana, el cúmulo de bolsas había aumentado su volumen y las molestias a causa del mal olor que desprendían, además de la consiguiente concentración de moscas que llegaron atraídas por aquel «banquete» ciudadano que EMAYA no es capaz de evitar. De noche, las bolsas continuaban en los suelos y no fue hasta la mañana del lunes cuando llegó el camión de recogida que cargó con las bolsas, los trastos y todo cuanto desperdicio había, excepto los malolientes jugos que quedaron impregnados en los adoquines que forman la calzada gracias al Pla Mirall.

Este hecho, reiterado semana tras semana, levantó las protestas de los ciudadanos, quienes criticaban el incivismo de la gente, la inoperancia de EMAYA y el fracaso del sistema de recogida neumática, que más que solucionar el problema de los vertidos en la vía pública parece que lo que han hecho es crear múltiples nuevos puntos negros.