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PEDRO PRIETO
Fran Rivera Ordóñez, uno de los triunfadores de la tarde del pasado domingo en Inca, recobra la sonrisa al lado de su hija, quien pasa con él unos días, lo que ha hecho que el diestro decida prolongar su estancia en Mallorca, concretamente en Alcúdia, en casa de Carbonell, persona muy aficionada a los toros y amiga de toreros, como él. El hijo de Carmina y Paquirri, al llegar a Palma, anteayer domingo, no se fue al hotel Palas Atenea, como sus compañeros de terna, «Finito» y «El Cordobés». El citado Carbonell, que le estaba esperando en Son Sant Joan, le llevó a su casa, con nombre de signo zodiacal, de Alcúdia. Allí le aguardaba su hija.

El diestro, antes de almorzar, se bañó e hizo footing sobre la arena de la playa, que está en frente de la vivienda. Y tras el almuerzo se tumbó un rato, para sobre las cinco salir vestido de luces camino del coso taurino inquense. Finalizada la corrida, que saldó con éxito, regresó a casa de Carbonell, para cenar con un grupo de amigos y su hija. En la sobremesa se habló de toros, en ningún momento de Carmina. Cuentan que estuvo tranquilo y muy discreto. No es para menos.

Al día siguiente, con la niña y un grupo de amigos, gente joven en su mayoría, que en todo momento trataron de arroparle y ocultarle, aunque inútilmente, porque he ahí los resultados -véanse las fotos-, se fueron a los toboganes a pasar la mañana. Allí vimos a Fran en su más puro estado de felicidad al lado de la pequeña. Con la tragedia cercana aún, se le vio sonreír francamente. No había duda de que se encontraba a gusto lejos de cámaras y de miradas indiscretas, y más estando al lado de su hija.