La Reina, don Felipe y doña Letizia realizaron ayer por la tarde
una visita informal al Museu Es Baluard. Tras pasear por Jaume III
y es Born, y acompañados por la princesa Irene de Grecia y unos
amigos, la comitiva se trasladó hasta el Museu d'Art Modern i
Contemporani de Palma para contemplar las instalaciones del nuevo
centro de arte de Ciutat. En esta ocasión, la Reina pudo ejercer de
guía e ir comentando a su hijo, su nuera, su hermana y sus amigos
las diferentes instalaciones y dependencias de Es Baluard, ya que
doña Sofía conocía el museo porque presidió su inauguración, junto
al Rey, el pasado mes de enero.
El Príncipe, vestido con un pantalón azul oscuro y una camisa
rosa, iba siguiendo con atención las indicaciones de la audioguía
del museo. Mientras, doña Letizia, que lucía un vestido rojo con un
estampado marrón, caminaba entre las diferentes obras de arte
expuestas, parándose en las que más le interesaban. De entre todas
destacó la colección de dibujos de los grandes maestros
decantándose, sobre todo, por una pieza de Dalí, que reconoció al
instante. La comitiva también se dejó seducir por las cerámicas de
Picasso.
Los príncipes de Asturias y la Reina recordaron la exposición de
cerámicas de la Col·lecció d'Art Serra que puede visitarse,
actualmente, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Y preguntaron
si el museo tenía más obra del artista malagueño y si se mostrará
algún día. Marie-Claire Uberquoi, directora del centro, que les
acompañó en la visita, les contestó afirmativamente. El grupo
también se quedó impresionado con las vistas que de Palma que
ofrece el Paseo de Ronda, en lo alto de las terrazas del museo.
Allí, don Felipe se metió en una de las casetas de vigilancia de la
muralla, probablemente intrigado por saber cómo se sentían los
soldados destacados en el Baluard de Sant Pere.
Laura Moyà
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