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Un equipo de investigadores de la UIB, liderado por el catedrático de Economía Aplicada Eugeni Aguiló, indica que un turista está dispuesto a abonar una media de 30 euros, entre transporte, gastos de gasolina o en seguros, por disfrutar de alguno de los diez espacios protegidos con que cuenta Mallorca. Además, el estudio parte de la premisa de que si una persona que visita una zona de estas características es porque obtiene «toda una serie de beneficios que superan el coste de trasladarse hasta ese espacio».

Según apunta la investigación, el beneficio total que supone el hecho de poder disfrutar de estos espacios naturales protegidos, multiplicado por el número total de turistas que llegaron a la isla en 1997 (seis millones), se eleva a 181,5 millones de euros. De esta manera, los profesores de la UIB recomiendan a la Administración que lleve a cabo una gestión del territorio y de los recursos «de acuerdo con la importancia que la misma sociedad les otorga».

El equipo de investigación, que contó con la participación del profesor titular de la UIB de Economía Ambiental, Antoni Riera, y la profesora titular de la Escuela Universitaria, Paula Maria Aguiló, encuestó a un total de 1.875 turistas que visitaron Mallorca en 1997, para conocer el coste que les supuso su desplazamiento a determinados espacios naturales.

El mismo equipo de investigadores ha determinado que los residentes en Calvià estarían dispuestos a pagar un total de 61 millones de euros por reducir a la mitad la distancia que separa sus viviendas del litoral, y cada residente pagaría 20 euros por cada metro que su vivienda se acercara a la costa.