Imagínenselo. Noche del lunes, no mucha gente en la calle a pesar
de ser verano. Calor; pero discoteca llena, y a medida que pasa la
noche, más llena. ¿Por qué? Porque Tito's, en la noche del lunes,
se ha transformado en una playa, con agua que cae a chorros y con
la que se remoja la gente, cosa que agradece, eso sin que pare la
música, ni la marcha, ni el frenesí. Y como se ha corrido la voz,
pues éste -anteayer- es el cuarto lunes que se hace la fiesta «The
Beach», pues allí no cabe ni un alfiler. El público es español,
sobre todo, aunque también italiano, llegado desde cualquier lugar
de la ciudad, o de la Isla.
En esta fiesta tiene mucho que ver el equipo de animación de la
sala que, nunca mejor dicho, es quien anima a que la gente se
imagine que aquello es una playa, en la que hay que pasárselo bien.
Algunos, al rato, ya están en bañador y ¡al agua!; otros, tal cual
van, se colocan debajo de los chorros entre risas quedando
inmediatamente empapados; otros se entretienen colocando nata en
torsos y muslos de las chicas, que luego tratan de engullir, unos
con más destreza que otros. Aquello es una fiesta a la que muchos
famosos que se aburren en otras quisieran asistir, pero no se
atreven por considerarlas poco glamurosas. Pero sí, sí, poco
glamurosas. Mejor fiesta de tomo y lomo.
Camino de la madrugada el desmadre va en aumento. Desmadre
dentro de un orden, claro. Desmadre y diversión, pues se trata de
eso, de pasárselo bien, de estar frescos, de inhibirse de otros
problemas y de disfrutar de la noche, sin sentirse solo en ningún
momento.
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