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Nadie lo diría, pero las vacaciones no son para el verano. Al menos para la clase política de las Islas. O eso es lo que se desprende de las declaraciones de algunos de sus máximos representantes. Se pueden contar con los dedos de una mano los responsables políticos que admiten que viajarán este mes de agosto. Y ninguno se plantea destinos exóticos. Que una semana en Galicia para realizar parte del Camino de Santiago sea la propuesta de la portavoz socialista en el Parlament, Francina Armengol, confirma el dato.

Jaume Matas, el president, irá menos por el Consolat de la Mar pero no terminará de despojarse del traje de «president». Eso sí, su teatro de operaciones será la Colònia de Sant Jordi, donde a buen seguro contactará con otros políticos, tanto de Balears como de fuera de las Islas. También tiene previsto salir a navegar. El delegado del Gobierno, Ramon Socias, afirma que él no se puede ir de vacaciones en agosto ya que como responsable máximo de la seguridad tiene que velar por la seguridad de todos, incluida la Familia Real.

Francesc Antich se ha agenciado dos tomos de las memorias de Churchill que le prestó otro diputado, Valentí Valenciano. Se quedará en Algaida, pero hará «alguna escapada a Menorca», donde veranea Zapatero. De ahí, de Menorca, tampoco se moverá la presidenta del Consell de esa Isla, Joana Barceló. El «turismo interior» es la propuesta que espera al presidente del Parlament, Pere Rotger. Se queda en Inca, la ciudad de la que es alcalde, y aprovechará sus horas de ocio para hacer excursiones.

Torres Blasco