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La modalidad de alojamiento del «todo incluido» ha registrado esta temporada un incremento espectacular en Mallorca, puesto que su crecimiento en menos de dos años ha sido casi del 300%. Durante este verano, Conselleria de Turisme tiene detectados en Mallorca 118 establecimientos, que contabilizan 43.128 plazas y que suponen ya más del 16 por ciento de la oferta de alojamiento en la Isla, que suman en su conjunto 283.436 plazas.

Las zonas hoteleras donde se ha producido un mayor asentamiento y desarrollo son las de Cala Millor, Cala Ratada, Port d'Alcúdia, Cala d'Or y Platja de Palma (ver gráfico adjunto). Los touroperadores británicos y alemanes han logrado consolidar esta fórmula de comercialización en un destino maduro y con una oferta de alojamiento y complementaria (bares, cafeterías y restaurantes) muy completa y demandada por todos los mercados emisores.

La Conselleria de Turisme y la Federación Hotelera de Mallorca afirman que en Mallorca hay una oferta total de 1.559 establecimientos. «Es decir, que pese a su crecimiento, el 'todo incluido' es una modalidad minoritaria de comercialización, puesto que no llega al 10 por ciento de la oferta global. En este porcentaje se puede mantener, de ahí que no entendemos la demonización que se hace desde determinados sectores de este modelo de comercialización, que es el que piden y demandan los clientes europeos», afirma el presidente de la patronal hotelera mallorquina Pere Cañellas.

La Conselleria de Turisme acaba de realizar la segunda campaña de inspección en este oferta en la presente legislatura, centrada en la calidad de servicio y sanitaria, que se lleva a cabo básicamente a través del análisis de los folletos de agencias, touroperadores e Internet. La primera campaña de inspección se hizo en 1998-99 bajo el Govern del PP, en la que se detectaron en Mallorca ya 20 establecimientos. Este tipo de oferta en la Ley General Turística de 1999, fue eliminada de los beneficios por intercambio de plazas. Desde Turisme puntualizan que «durante los cuatro años del Pacte, no se realizaron campañas de inspección del «todo incluido», pese al incremento que se estaba experimentando de forma acelerada por las malas condiciones de comercialización en los años 2001 y 2002».