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Diversión a tope. Mallorca dispone de muchos ambientes para ir de marcha un sábado por la noche. Dos de estos lugares, quizás los más emblemáticos, son el Paseo Marítimo de Palma y la calle de Punta Ballena de Magaluf. En el primero, se juntan en su mayoría los mallorquines, de todas las edades, de todos los estilos y de todas las modas. Los amantes del botellón inundan el paseo de juerga, alcohol y juventud. Otra opción, no necesariamente alternativa, es entrar en algunas de las discotecas de la zona, donde los más «marchosos» buscan la música para animar el ritmo de sus piernas.

«Suelo ir a Pachà, que es donde me lo paso de maravilla», nos cuenta Juan, que destaca la «posibilidad de escuhar varios tipos de música» en el mismo recinto. En la sala vip se ofrece una música comercial y en la otra, tecnho y house. Y si se quiere descansar hay una terraza con un chiringuito y dos barras para que la gente pueda beber las copas que desea.


Los «vecinos» de Tito's reciben quizás más «guiris», que bailan sin parar hasta altas horas de la madrugada, si no se han ido antes a Punta Ballena.
Allí, en Magaluf, se concentra el grueso de los turistas ávidos de las noches más locas mallorquinas. El desmadre es la base de la diversión. Principalmente ingleses y nórdicos «residen» en sus locales desde incluso primeras horas de la tarde. «Esto es genial e increíble, no hay otro sitio igual», nos asegura la inglesa Enma, y se nota que le encanta.
Marieta