El acuerdo sería firmado con la Associació d'Empreses Funeràries
de Balears y pondría fin a una situación de conflicto que, en sus
orígenes, se remonta a principios de los años noventa.
«Considero necesario llegar a un acuerdo satisfactorio por ambas
partes cuanto antes, ya que no tiene sentido que en momentos tan
delicados para tantas familias, tenga lugar una discusión entre
empleados de distintas funerarias sobre qué competencias tiene cada
uno», destacó Sans.
El convenio de colaboración que se está preparando permitiría
que las empresas funerarias municipales ubicadas fuera de Palma
pudieran realizar todos los servicios que normalmente llevan a cabo
en sus puntos de origen también en la capital balear, bajo ciertas
condiciones.
Cabe recordar que hace unos doce años surgieron las primeras
diferencias, cuando las funerarias de los pueblos de Mallorca sólo
podían recoger a los difuntos fallecidos en Palma, pues el arreglo
de los mismos, denominado «enferetrar», y el posterior
acondicionamiento, sólo lo realizaba la EFM. Así quedó recogido,
años después, en 1998, en la nueva ordenanza funeraria municipal
del Consistorio palmesano, que sería recurrida por varias
funerarias de la Part Forana. La sentencia subsiguiente supuso una
nueva causa de enfrentamiento, ya que las dos partes afectadas
entendieron que se les daba la razón.
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