Documenta Balear, en su colección Menjavents, presentará
próximamente el libro «Els noms dels niguls a Mallorca (Migjorn i
Llevant)», obra de la pedagoga y filóloga Maria Bonet y el geógrafo
e historiador Miquel Grimalt. El prólogo es de Francesc Mauri,
conocido meteorólogo de TV3.
La obra destaca la riqueza del vocabulario meteorológico
mallorquín, desgraciadamente olvidado en una buena parte, y se
acompaña de numerosas fotografías de las diferentes tipologías de
nubes con sus denominaciones científicas y sus correspondientes
nombres tradicionales en la Isla.
Esos nombres tradicionales corresponden a épocas en que el ritmo
de vida era más lento, más pausado, y predominaban las actividades
agrícolas, ganaderas y pesqueras. Por entonces se miraba el cielo
con profundidad y con interés, pues a través de sus señales se
podía hacer un pronóstico inmediato para el futuro rendimiento de
esas actividades humanas. En la actualidad, el modo de vida es muy
distinto, pero el cielo continúa enviándonos sus señales y formas
espectaculares. Sin embargo, ya no le hacemos caso. Sólo nos
fijamos en el cielo en el momento en que los fenómenos
meteorológicos se están produciendo y en las ciudades, ni eso. En
los núcleos urbanos se sufre o se disfruta la lluvia, la tormenta,
el sol o el viento, pero sin levantar la vista.
Los modos de vida han cambiado y ello conlleva que el
vocabulario meteorológico popular se pierda tras siglos de
transmisión de padres a hijos, cuando había tiempo para hablar del
cielo y sus señales. Esa pérdida coincide con un tiempo en que la
información y la difusión meteorológicas están al alcance de
cualquiera de manera inmediata y muy precisa.
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