Llegados a Cala Major podemos observar el espectacular -y
desafortunado- desarrollo urbanístico experimentado por esta playa
de Palma y sus alrededores. Aquí se construyó el primer hotel fuera
de la ciudad en 1906, el Príncipe Alfonso, cuyo interesante
edificio modernista ha llegado hasta nuestros días algo alterado,
albergando ahora un restaurante magrebí a juego con su decoración
arabesca.
Durante los años 30 ya podía considerarse una popular playa
turística y residencial, época en la que se construyó el hotel Cala
Major y numerosos chalets. Más tarde, en 1950 nació el primer
establecimiento frente a la playa, el hotel La Cala, que conserva
el acogedor carácter anterior al turismo de masas y en 1957 vio
alumbrar la joya hotelera del único cinco estrellas de la zona, el
Nixe Palace, recientemente reformado en un estilo regionalista, con
sus terrazas, balaustradas y tejados.
A partir de los años 60 y hasta los 80 Cala Major sufrió un
proceso de saturación urbanística y degradación turística que
transformó lo que fue un idílico enclave en un barrio periférico de
Palma. Situación que vino acompañada del cierre de numerosos
hoteles y del fin del tradicional turismo escandinavo que animaba
la zona. Ahora alberga a numerosos inmigrantes búlgaros y
sudamericanos que han montado sus kebabs y parrillas a lo largo de
la calle de Joan Miró y coinciden en la playa con algunos turistas
y numeroso público local.
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