Munar, durante el discurso que pronunció con motivo de la Diada de Mallorca. Foto: MIQUEL ÀNGEL CAÑELLAS

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Para Munar, ambas cuestiones hacen crecer el riesgo de «volver atrás» si todos los mallorquines no se comprometen «con un proyecto de país bien definido y sin ninguna duda sobre nuestra identidad».

Maria Antònia Munar se refirió a las anunciadas reformas del Estatut y de la Constitución, así como a la aprobación de la Constitución Europea, y reclamó que este nuevo ordenamiento legal «garantice que los mallorquines tengan capacidad de gestionar nuestros recursos».

Pero en su discurso de la Diada, la presidenta del Consell también tuvo espacio para la reivindicación. Según Munar, entre los retos que debe asumir ahora el Consell de Mallorca se encuentra el lograr «ser propietarios de nuestro destino, decidir de manera directa sobre todas aquellas cuestiones que nos afectan, reivindicar una justicia que a menudo se nos niega».

En este contexto, Munar alertó de que, durante este proceso, se escucharán «voces interesadas» que clamarán en contra de aquellos que defiendan una identidad diferenciada, «unas voces que harán apostolado de la desaparición de las culturas en beneficio de una globalidad mal entendida, que negará el derecho de los pueblos a defender su lengua, su cultura, el derecho a emplear sus símbolos como elemento de enriquecimiento».

«No podemos ni queremos renunciar a nada, ni tampoco estamos dispuestos a malbaratar nada por intereses particulares, volátiles, por idearios momentáneos o por comodidades ocasionales», advirtió.

La presidenta dedicó una parte sustancial de su discurso a los de inmigrantes que llegaron a Mallorca hace años y que han hecho de la Isla su hogar. «Ser mallorquín no es una cuestión biográfica que figura en el carnet de identidad. Se es mallorquín por decisión y, sobre todo, por identificación a Mallorca». En el marco de esta reflexión, Munar insistió en que son los inmigrantes que llevan años en la Isla quienes deben jugar un papel importante «ya que el marco de bienestar y de calidad de vida que, con tanto esfuerzo y sacrificio ayudasteis a construir, está en peligro».