Decenas de chicos y chicas de la localidad disfrutaron de esta celebración lúdica. Foto: ELENA DÃVILA
Los jóvenes y no tan jóvenes de Binissalem protagonizaron ayer, por quinto año consecutivo, una de las batallas más originales que se ha visto nunca, la batalla de racimos, un acto incluido dentro de las Festes des Vermar. El solar municipal junto al polideportivo sirvió de escenario para que más de un millar de jóvenes se lanzaran unas diez toneladas del fruto más típico de Binissalem, la uva, procedente de las viñas de la comarca y donadas por los viticultores para este espectáculo. La jornada comenzó a mediodía. A esta hora, los jóvenes se concentraron en el Ajuntament. Desde allí y acompañados por la música de los xeremiers se dirigieron hasta el campo de batalla. Tras el chupinazo de salida, los batalladores se arrojaron literalmente sobre los tres montones de uva preparados para ser arrojados, y comenzó la divertida batalla.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.