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Casi 130.000 alumnos de entre 3 y 16 años han vuelto a las aulas esta semana en Balears, a los que deben sumarse otros 10.524 estudiantes de Bachillerato. Estas son las previsiones de alumnado que maneja la Conselleria d'Educació para el curso 2004-05; pero aunque las cifras varían poco de las de pasados años escolares, la configuración de las clases sí es muy diferente a la que podíamos observar hace apenas cinco a seis años.

Y es que el fenómeno inmigratorio ha condicionado de forma total el sistema educativo de nuestra Comunitat. El pasado curso, la población escolar extranjera era de unos 17.117 en todos los niveles educativos (incluido enseñanza de adultos) y eso suponía un 10 por ciento del total de alumnos.

Para este curso, también con los datos en la mano, se espera un crecimiento de población escolar inmigrante no mayor al 5 por ciento. En cuanto al origen de los alumnos extranjeros, hace ya varios años que no son los países del Magreb los que más plazas ocu- pan, sino que es Ecuador el país que más estudiantes aporta a las aulas de Balears. Por detrás se sitúan Marruecos, Argentina, Alemania, Colombia y Reino Unido.

Justo es decir que esta presencia masiva extranjera en colegios e institutos ha convertido a las Islas en la única comunidad autónoma que ha conseguido revertir la pérdida paulatina de alumnos registrada durante años por culpa de los bajísimos índices de natalidad del país.

Según cifras de evolución del alumnado de enseñanzas escolares entre los cursos 1993-04 y 2003-04, Balears registra un crecimiento del 1,4 por ciento, sólo superada por Melilla, con un 16,7 por ciento. Todas las demás comunidades siguen perdiendo alumnos desde el primer curso de referencia, algunas con porcentajes preocupantes, como Asturias, que ni la llegada de inmigrantes ha podido compensar. La media estatal es de un -14,1 por ciento.

Los centros públicos acogen, hoy por hoy, un mayor número de niños y niñas venidos de fuera, pero, poco a poco, su presencia en los colegios concertados empieza a ser notoriamente visible.

Si de algo puede sentirse orgulloso el sistema escolar es de la naturalidad con la que, en la mayoría de los casos, se está llevando a cabo el proceso de adaptación, tanto por parte de los recien llegados, como de los que les acogen; sobre todo si se tiene en cuenta que este acomodo enfrenta a culturas muy diferentes. En refuerzo de esta afirmación baste decir que en el panorama educativo de las Islas conviven 82 lenguas maternas y 160 nacionalidades, el triple que hace sólo cuatro cursos, en el 1999-2000.