El portavoz de EU-EV, Eberhard Grosske, denunció ayer que «Cort no
tiene medios humanos ni materiales para defender el patrimonio
histórico y arquitectónico de Palma».
Por su parte, la arqueóloga municipal, Magdalena Riera, y el
archivero bibliotecario, Perico Muntaner, lamentaron, en primer
lugar, que Grosske no se hubiera puesto en contacto con ellos antes
de realizar su denuncia.
«Unas 500 cajas con restos arqueológicos se amontonan en la
cuarta planta de Cort sin que haya capacidad para llevarlos al
Museu de Mallorca, tal como determina la ley», dijo, para añadir:
«Además, varias estanterías están llenas de cajas de cartón con
documentación medieval en una sala con goteras».
Grosske recordó que «una sola persona compone toda la plantilla
destinada a 'Arqueología' en Urbanisme», lo que, en su opinión,
haría que el Ajuntament no controle lo que pasa en Palma en materia
de patrimonio arqueológico ni tenga capacidad de gestión para
hacerlo.
Riera señaló que los restos arqueológicos están embalados en
cajas de cartón porque están a punto de ser trasladados a otras
dependencias municipales y negó, asimismo, que estuvieran
amontonados y en malas condiciones.
En el mismo sentido se pronunció Muntaner, quien indicó que los
documentos medievales «están bien controlados» y que se van
trasladando al archivo municipal de Can Bordils para su
tratamiento.
El teniente de alcalde de Urbanisme, el popular Javier Rodrigo
de Santos, reconoció por su parte, que «la situación es mejorable»,
si bien añadió que el equipo de gobierno está trabajando desde hace
meses para poner al día la actual estructura de funcionamiento de
Cort.
Grosske cuestionó, no obstante, estos argumentos: «Me gustaría
que me dijeran, si pueden, en qué condiciones estaban los distintos
restos antes de ser embalados y también por qué no están aún todos
en Can Bordils, que lleva ya varios años abierto».
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