Escola Catòlica de les Illes Balears aseguró ayer, en palabras de
su portavoz y asesor jurídico Marc González, que «los planes del
Gobierno de que la asignatura de Religión no tenga alternativa y se
saque del horario escolar es un ataque directo y frontal a la
comunidad católica». El lunes el Ejecutivo dio a conocer su
borrador para el debate de la reforma de la Ley de Calidad, y esta
publicación ya ha suscitado las más diversas reacciones.
Neus Santaner, secretaria general del STEI-i, informó de que
«nosotros creemos que la religión afecta al ámbito privado. Deben
ser las familias, a través de las parroquias, quien deben hacer el
adoctrinamiento. Debemos hacer caso a la Constitución, que
establece que España es un país laico. Tampoco creo que deban
plantease asignaturas alterantivas, ni nada por el estilo. La
iniciativa del Gobierno nos parece muy bien. Pero con una
importante matización. Toda nueva normativa debe ir acompañada de
una financiación. Respaldar los cambios sin una financiación
adecuada no es lo correcto».
La Federación Estatal de Profesores de Enseñanza Religiosa
(FEPER) reclamó ayer que la asignatura de Religión se evalúe y
compute a efectos académicos en la nota media y el acceso a la
Universidad con el fin de no convertirla en una 'maría'. Marc
González aseguró, en representación de los 90 centros católicos que
hay en Balears, que «la escuela confesional seguirá impartiendo la
asignatura de religión como hasta ahora. El Gobierno quiere que no
sea computable a efectos de selectividad o a efecto a acceso de
becas. Mantenemos que la asignatura de Religión es necesaria, ya
que se enseñan unos conocimientos básicos para entender nuestra
cultura. Se transmiten valores y conocimientos.
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