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«Ninguna familia manda voluntariamente a sus hijos menores de edad a trabajar. Si una familia no tiene dinero para vivir con dignidad, tendrá que usar todos los medios para vivir. La raíz, la causa del trabajo y explotación infantil, hay que encontrarla en la estructuración de la economía mundial, en la falta de voluntad política para erradicar la pobreza». Carola Reintjes, coordinadora estatal de la campaña «Marxa glogal contra l'explotació laboral de la infància» realizó ayer en Palma un alegato contra el trabajo infantil y la explotación laboral en una conferencia impartida en el Centre de Cultura Sa Nostra, dentro de la campaña «Octubre Solidari», programada por la Direcció General de Cooperació.

Reintjes criticó «la existencia de convenciones y de acuerdos internacionales para frenar la pobreza que no se cumplen. Es una burla decir que la vamos a erradicar, si luego no hay una voluntad política para llevarlas a cabo», afirma. «El tema es muy complejo», añade. «En este grave problema de la explotación infantil están implicados tres sectores: el político, el social y el empresarial. Los menores trabajan en una economía sumergida y no presionamos al sector empresarial para que dé garantías de un trabajo legal. El consumidor también está obligado a preguntar a y seleccionar los productos. El concepto de barato habría que cuestionarlo, porque lo barato a veces sale muy caro, pensando en la salud y en la vida de los menores que trabajan», añade.

Reintjes afirmó que 246 millones de niños sufren una situación de explotación laboral (que pone en grave riesgo su salud psíquica, física y mental) y cifró en 200.000 los niños que trabajan en España. «Son niños que tienen acceso a la educación y que a la vez trabajan. Al final, termina en fracaso escolar. Es inconcebible que en el siglo XXI sigan las cosas como están. Se debe apoyar el comercio justo como única forma empresarial justa. Desde hace años no hay ninguna mejoría y esto es muy preocupante», añade.