Muchas veces la política se basa en el lenguaje de los gestos,
de los símbolos, de las consignas. Hoy veremos uno de ellos, muy
esperado por algunos, y que dará muy poco o nada de sí, aunque como
gesto valga. Se trata de la Conferencia de Presidentes de
Comunidades Autónomas, que reunirá en Madrid a los representantes
de las autonomías. Y se trata tan nítidamente de un gesto que la
mayor preocupación era la asistencia de Juan José Ibarretxe, que
finalmente ha aceptado acudir. Será una reunión de apenas tres
horas de duración en la que se le ha asignado a cada uno de los
presidentes una intervención de dos minutos, lo que resulta
descaradamente ridículo: imposible aportar nada en tan breve
espacio de tiempo.
De cualquier forma, de esta primera toma de contacto, tras la
que el Rey recibirá a los participantes, debe quedar al menos un
compromiso: el de establecer las vías que conduzcan en un futuro
próximo a convertir el Senado en la cámara de representación
autonómica, una aspiración mayoritaria que dará peso a una Cámara
Alta desaprovechada a día de hoy.
Claro que para ello será necesaria una reforma de la
Constitución, y es ahí donde aparecen las mayores discrepancias
entre unos y otros. El modelo territorial que consagró la Carta
Magna del 78 ha dado como resultado un mapa muy dispar de regiones
en las que unas -las llamadas históricas, que ya iniciaron el
proceso autonómico en la II República- reclaman algo más, mientras
otras tienen aspiraciones menores, aunque no menos importantes, por
lo que se refiere al desarrollo de sus competencias. Es una
interrelación difícil que precisará de mucho más que dos minutos de
debate. Esto es sólo el principio y lo que hay que procurar es
tener las ideas y las aspiraciones muy claras para luchar,
sencillamente, por lo que se quiere para el futuro.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.