La consellera de Salut, Aina Castillo, se mostró partidaria de
aprovechar los elevados ingresos que suponen para las
administraciones públicas los impuestos sobre el tabaco (3.500
millones, de los que 120 gestionará el Govern balear, según
adelantaba ayer Ultima Hora) y consideró que debían dedicarse a
sufragar la sanidad.
Castillo también se mostró partidaria de «incrementar aún más»
los impuestos y recordó que el 15% del gasto sanitario en Balears
está dedicado a tratar enfermedades relacionadas con el consumo de
tabaco.
La consellera hizo esta sugerencia -compensar el gasto sanitario
con los impuestos del tabaco- al terminar el primero de los debates
parlamentarios sobre el proyecto de ley de drogodependencias, más
conocido como «ley de drogas» y que excluye el alcohol. Por esta
exclusión, la oposición solicitó la retirada del proyecto.
El proyecto seguirá adelante. PP y UM rechazaron las enmiendas a
la totalidad tras un debate en que ningún partido objetó las
medidas antitabaco que contempla la ley como la prohibición de
fumar en locales públicos.
Lo que si criticaron los portavoces de los partidos de la
oposición fue la exclusión del alcohol. La consellera Castillo
explicó que no existía sobre el alcohol el mismo grado de consenso
que sobre el tabaco. Indicó que había que ser muy cuidadoso en este
punto ya que hay productos que reciben subvenciones. Recordó que
Mateu Morro, conseller d'Agricultura en la época del pacte, había
declarado que «el alcohol nunca había tenido en Mallorca
consideración de droga» y que los productores estaban en contra de
las limitaciones.
Como en un momento del debate, la consellera Castillo recordó
que había que establecer gradaciones a la hora de establecer cuando
el alcohol es una droga, la diputada Joana Lluisa Mascaró (PSM) le
replicó diciendo que «tan alcohólico es alguien que bebe vino en
tetrabric como alcohol destilado».
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