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Eduard Estivill es pediatra y neurofisiólogo. Es un médico especializado en las enfermedades del sueño y es el autor, entre otros, del libro «Duérmete niño», que es un sistema para conseguir que los lactantes aprendan los hábitos de dormir. Ha vendido miles de ejemplares. Este reconocido especialista, que trabaja en la clínica Dexeus de Barcelona, participó ayer en Mallorca en un seminario en el que se analizó el síndrome de las piernas inquietas. Esta enfermedad la sufre hasta un 10 por ciento de la población. La causa de esta dolencia se desconoce, pero las personas que la sufren se caracterizan porque notan molestias en las piernas que les impiden conciliar el sueño, y el único método de alivio que encuentran es caminar. De hecho, hay enfermos que se pasan toda la noche caminando por el pasillo de su casa porque no logran dormirse. La falta de sueño repercute después en su vida.

Estivill señaló que hace relativamente poco tiempo que en la medicina se está empezando a dar importancia a las enfermedades del sueño, y que precisamente el síndrome de las piernas inquietas es uno de las más comunes y, al mismo tiempo, de los más desconocidos, porque aún no se conocen las causas de esta enfermedad. Sin embargo, los avances en este campo han sido importantes, y estos pacientes están recibiendo la medicación adecuada y logran una gran mejoría.

Estivill reconoció que la sociedad no es consciente de la importancia que tiene el sueño. «El sueño es la fábrica de nuestra vida. El cerebro gasta más glucosa cuando está dormido que cuando está despierto». El pediatra explicó que los métodos para lograr que los niños se duerman es el resultado de sus años de experiencia. «Se ha demostrado que dormir es un hábito, igual como podría ser comer o limpiarse los dientes. Por tanto, a los niños hay que enseñarles a dormir. Igual que cuando nacen no saben comer solos, tampoco saben cómo dormir».

Para Estivill, el sueño tiene una importancia básica en el comportamiento del ser humano. «El sueño es la fábrica de nuestra energía. El sueño no se recupera, se pierde». Para el médico, las personas que duermen poco y que intentan recuperar las horas de sueño durante el día, «están cometiendo un error». Sin embargo, el especialista aconseja, a todos los que tienen la oportunidad, de que al mediodía intenten dormir. «La siesta debe ser corta pero intensa. Alargar mucho la siesta es perjudicial».