Seguro que han visto el anuncio. Un niño va en coche con su
padre, que está emocionado con su nuevo vehículo. Tanto, que el
hijo le pregunta al padre si quiere más al coche que a él. Y el
padre sufre un pequeño «lapsus» y confunde el nombre de su hijo,
mitad en serio, mitad en broma, hasta que por fin da con el nombre
correcto.
Pues bien, el protagonista infantil del «spot» es Finn Held,
tiene 8 años y estudia 3º de Primaria en el colegio Luis Vives, de
Palma.
Los padres de Finn, que son alemanes, vinieron a vivir a
Mallorca hace 9 años con sus otros dos hijos, que actualmente
tienen 17 y 14 años. Al año de estar en la Isla, nació Finn.
Cristina, la madre, trabaja en una productora de cine que rueda
películas en Mallorca y tiene una amiga llamada Mona L. Mansouri,
también residente en la Isla, que dirigió el anuncio para la firma
Opel.
Mona animó a Cristina para que presentara a su hijo al cásting.
«El anuncio se emite para diez países de Europa. De todos los niños
y padres que seleccionaron escogieron a dos finalistas. Una pareja
era un hombre de unos 50 años y un niño de 13, y la otra era un
hombre más joven y Finn. Al final les escogieron», comenta
Cristina.
El cásting al que fueron Cristina y su hijo se realizó en
Almería, mientras que el anuncio se rodó entre Marbella, donde se
encuentra la espectacular casa que aparece en el anuncio -sólo por
el hecho de rodar en los exteriores de la casa los propietarios
cobraban unos 5.000 euros al día- y la localidad de Ronda y sus
alrededores.
El rodaje, llevado a cabo en el pasado mes de junio, duró cuatro
días. «El despliegue era enorme, había incluso un helicóptero para
las tomas del anuncio que se ve circular el coche por una carretera
rodeada de árboles. Para ello, incluso cortaron la carretera. Todo
muy a lo grande y muy profesional. Lo que ocurre es que para un
niño es muy aburrido porque hay muchos tiempos muertos. Además, el
anuncio es para dos modelos de Opel Astra, así que había mucha
repetición de tomas, lo que le resultaba aún más pesado», explica
Cristina.
La suerte de Finn es que como por ley los menores sólo pueden
trabajar entre dos y tres horas, él tenía dos dobles, un niño
inglés y otro de Marbella, con los que jugaba durante las pausas
del rodaje.
Finn, que antes había hecho algunos trabajos como modelo
infantil para catálogos de ropa, no repetirá la experiencia, según
dice su madre. «Esto ha sido algo que surgió y ya está. Pero
prefiero que no haga más anuncios y que se dedique a ir al colegio
y a jugar con sus amigos. Cuando sea mayor de edad, que decida si
quiere dedicarse a esto, si es que le gusta».
Jaime Moreda
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