Peus de rata, gírgoles d'olivera, bolets del dimoni, esclatassang
de llet pelut o picornells pudieron verse ayer en el hall del
Teatre d'Artà. ¿El motivo? Una muestra de casi cien variedades
distintas de hongos y setas de Mallorca para los alumnos de los
colegios de Artà. Esta muestra es ya una tradición en uno de los
pueblos con más solera a la hora de buscar los ansiados
esclatassangs. Desde hace más de quince años, sin contar
excepciones puntuales en que no se celebró porque el tiempo no
propició la proliferación de setas, se ha ido organizando esta
exposición para disfrute de los escolares. Coincidiendo con el día
del mercado semanal de Artà, no sólo los pequeños se acercaron ayer
al Teatre, también numerosos vecinos y curiosos aprovecharon para
ver de nuevo alguna de las más extrañas especies o simplemente para
comentar «cómo estarán estas gírgoles a la plancha o en un buen
arroz». Más de uno soñaba con ver las setas en su mesa y no tanto a
la vista de los escolares.
Dos de los más reconocidos boletaries mallorquines, Guillem Mir,
de Alaró, y Pep Lleonard Siquier, de Inca, fueron los encargados de
reunir el mayor número de piezas para después mostrarlas a los
pequeños. Aunque en esta ocasión, el pasado lunes los alumnos de
quinto, sexto y primero de ESO del colegio Sant Salvador de Artà
también quisieron colaborar y fueron hasta la vecina finca de Sos
Sanxos a recoger hongos para la exposición. La mala fortuna quiso
que una gran tromba de agua impidiese a los escolares cumplir con
su cometido y una furgoneta de la brigada municipal tuvo que
trasladar las bicicletas que los pequeños habían utilizado para
llegar hasta Sos Sanxos.
Aun así, casi cien ejemplares distintos de setas fueron
expuestos ayer para deleite de pequeños y mayores. Estos fueron
clasificados según la toxicidad de los hongos, el valor culinario o
si son comestibles o no. De este modo los casi trescientos alumnos
de Artà que visitaron la muestra pudieron distinguir las setas,
tocándolas, oliéndolas o incluso observando su estructura mediante
un microscopio. «¡Si parece una esponja!» decían algunos tras haber
contemplado un bolet del dimoni. Los microscopios fueron cedidos
por el Institut Llorenç Garcias i Font de Artà, y el Grup Balear
d'Ornitologia (GOB) también participó en esta actividad organizada
por el Consistorio de Artà.
Los profesores que acompañaron a los más pequeños hasta el Teatre
d'Artà coincidían en admirar la muestra y en señalar que «es una
muy buena iniciativa para dar a conocer a los chavales los secretos
de la tierra de Mallorca, además de enseñarles que aunque un hongo
pueda ser muy bonito a la vista, puede tratarse de una seta tóxica.
Así aprenden a diferenciarlos». Tal vez los más pequeños no
aprendieron a diferenciar una gírgola d'estepa de una gírgola de
garrover, aunque eso sí, se lo pasaron en grande. Tocaron los
hongos, los olieron, hicieron sus comentarios personales y se
asombraron ante el gran tamaño de algunos de los ejemplares
expuestos. Después, esperaron su turno estoicamente hasta que
pudieron asomarse a uno de los más impresionantes panoramas, la
estructura interior de los hongos de Mallorca. Un año más la
muestra de setas y bolets de Artà ha despertado el interés de
todos, quienes no pudieron verla deberán esperar al próximo año.
¿Qué habrá sido de aquellos hermosos esclatassangs?
M. Puigròs
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.