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Una sonrisa de un niño no cura a los niños, pero sí sirve para calmar el clima de tensión que se respira en una habitación hospitalaria. Éste es uno de los objetivos por los que trabaja la Sonrisa Médica, una asociación que ahora cumple diez años y que mañana ha convocado a cientos de personas en el hospital de Son Dureta para realizar una gran fotografía. Todas las personas que se sumaron a esta convocatoria se pondrán una nariz de payaso, que simboliza el trabajo que día a día se realiza en el hospital.

La Sonrisa Médica responde a un proyecto que inició Miquel Borràs, que vio cómo unos payasos estaban actuando en el área infantil de un hospital de París. Arrancar este proyecto no fue una misión sencilla. Se desconocía qué reacción tendría el colectivo médico ante la posibilidad de que unos payasos realizaran una interpretación en la habitación donde había un niño enfermo. Sin embargo, estas dudas iniciales pronto se superaron y hoy en día no se concibe un área hospitalaria infantil sin un equipo que realice la misma labor que hace la Sonrisa Médica.