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Los precios que regirán en las unidades de alojamiento del millar de hoteles de Balears en el verano de 2005 serán los mismos que el sector aplicó el pasado año, según confirmó a Ultima Hora un alto cargo de la Federación Hotelera de Mallorca.

Los establecimientos hoteleros de Balears tienen una gran dependencia de los mayoristas de agencias de viajes, que contratan cada año aproximadamente del 80 por ciento de las pernoctaciones.

«La incertidumbre de los mercados emisores, especialmente el alemán, juega a favor de los grandes tour operadores, que consiguen precios asequibles en la zona vacacional preferido para miles de europeos», precisó.

El «tira y afloja» entre hoteleros y mayoristas no es nuevo. Cada año, se repite la fórmula de una negociación desarrollada con meses de antelación. Lo único que cambia son las circunstancias, que luego definirán la siempre voluble demanda, pieza estratégica en todo el proceso.

Desde hace décadas, los empresarios del sector de alojamiento han expresado su preocupación por que los paquetes turísticos queden «en manos de tres o cuatro operadores» en Europa, una situación a la que las grandes cadenas turísticas podrán hacer frente, pero no las empresas independientes.

Afirman que estos operadores funcionarán individualmente pero «están todos bajo el mismo paraguas», por lo que disponen de la capacidad de «desviar» turistas a otras zonas.

Otros empresarios destacan la unificación paulatina del mercado, que supondrá para el intermediario la pérdida de la cuota de control de que disponía, y la venta de viajes a través de Internet puede contribuir a rebajar la dependencia de los mayoristas, aunque no a corto plazo.

Los hoteleros dicen que la venta por Internet presenta el inconveniente de que los turistas buscan comodidad y seguridad, «sentirse protegidos», de forma que puedan acudir ante cualquier contingencia a un guía, del que disponen gracias a estos paquetes.

El hotelero consultado por este diario señaló que cada empresario es «libre de aplicar la política de precios que estime conveniente», e hizo hincapié en la necesidad de mantener la «ventaja competitiva» de Balears, que es la «fidelidad de los clientes», por lo que no desaconsejó «reducciones tácticas de precios».

«De ninguna manera hay que renunciar a satisfacer al cliente, hay que hacer un esfuerzo para mantenerlo. Que el que venga a Mallorca se vaya entusiasmado es la mejor garantía», indicó el empresario del sector de alojamiento balear.