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El comunicado que ETA ha remitido a varios medios de comunicación, alineándose con la postura manifestada por Batasuna en Anoeta para solucionar el «conflicto vasco» ha suscitado la inmediata reacción del Gobierno y de la oposición, una reacción de rechazo en tanto en cuanto la banda terrorista no abandone las armas.

Es significativo el hecho de que el comunicado se difunda en una semana en la que Euskadi ha estado en el centro de la actualidad a causa del controvertido Plan Ibarretxe, lo que podría haber sido determinante para que la banda apostara por aparecer en los medios con una cara algo más «amable».

José Luis Rodríguez Zapatero, manifestando en voz alta lo que piensa la mayoría de la ciudadanía del Estado, dejaba claro que la oferta de diálogo de Batasuna debía pasar por la condena de la violencia, y la de ETA, por el abandono de las armas. A nadie se escapa que otras treguas anteriores declaradas de forma unilateral por los terroristas sólo fueron un engaño para conseguir el rearme cuando la banda se encontraba en una situación de máxima debilidad.

A pesar de ello, no sería bueno que la nueva posición de ETA no fuera tenida en consideración. Desde el Gobierno se debe actuar con la máxima prudencia, pero dejando entreabierta la posibilidad que se atisba de que el escenario vasco se modifique para bien. Si realmente ETA cambia las pistolas por las reivindicaciones políticas y las bombas por el diálogo, estaremos ante una nueva situación que puede permitir que se hable del cambio territorial en mejores condiciones. Sin embargo, los precedentes no son demasiado esperanzadores. Ojalá esta vez sea la verdadera y podamos hablar del fin definitivo del «problema vasco».