Los estudiantes universitarios se enfrentarán a partir de mañana a
los siempre temidos exámenes de febrero. En unos casos de trata de
los parciales de las asignaturas anuales y en otros de las pruebas
ordinarias de las materias del primer cuatrimestre del curso.
La inminencia de los exámenes causa estragos en muchos chicos y
chicas, secuelas que se dejan sentir a veces en pequeñas crisis de
ansiedad, nervios, noches de insomnio, un exceso de ganas de fumar
o una total falta de apetito. Otra consecuencia de este periodo,
uno de los más trascendentales del curso, es visible desde hace
varios días: el lleno total que observan las bibliotecas
universitarias, como la del edificio de sa Riera (que en este
periodo abre cada día de 8:00 a 5:00 de la madrugada) o las de los
edificios Ramon Llull y Gaspar Melchor de Jovellanos. Estas dos
últimas permanecerán abiertas, como novedad, los dos últimos fines
de semana de enero y los dos de febrero, de 9:00 a 21:00 horas,
para facilitar el estudio de los alumnos.
Esta medida ha resultado un éxito absoluto en el primer fin de
semana de apertura, los días 22 y 23 de enero, según se reconoce
desde la propia institución académica. Y es que esos dos días las
500 plazas que suman las dos bibliotecas estuvieron permanentemente
ocupadas. En total se registraron de 3.862 entradas, 2.288 de ellas
en el edificio Jovellanos y 1.574 en el Ramon Llull, si bien no
significa que entrasen estas mismas personas. Por último, la
Universitat ha habilitado dos aulas de estudio en el edificio
Anselm Turmeda, que están abiertas de 22:00 a 8:00 horas. Las
pruebas se desarrollarán entre el 31 de enero y el 19 de febrero y
por ello se suspenderán clases del 29 de enero al 20 de
febrero.
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