El rostro del Carnaval en sus facetas del más genuino sabor local. Foto: TERESA AYUGA
Los alumnos del colegio San Vicente de Paul de la Soledat celebraron ayer su particular carnaval, inspirado en elementos emblemáticos de la tradición mallorquina. Un total de seis cursos además de las aulas infantiles se vistieron con los colores de la tierra en una mezcla de imaginación e ingenuidad en los diseños de la indumentaria que hizo las delicias de los niños ante la mirada de sus padres, que les esperaban en la puerta del centro. Los más pequeños exhibieron sus «galas» carnavalescas con especial alborozo, convertidos en almendros en flor, racimos de uvas y molinos harineros. Toda una nota imaginativa de sabor local que se prolongó en los estudiantes de Primaria que desde el primer al sexto curso adoptaron los disfraces de tomates de ramallet, naranjas, foguerons, castañuelas, ensaimadas y longanizas.
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