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Los partidos de la oposición en las Islas acogieron ayer con satisfacción el informe presentado por la Academia Valenciana de la Lengua en el que se reconoce que la lengua que se habla en esta comunidad «es también la que comparten las comunidades autónomas de Cataluña, las Islas Balears y el Principado de Andorra». El dictamen establece además que este idioma «constituye una lengua, un mismo sistema lingüístico».

Si bien todos los partidos con representación en el Parlament se mostraron satisfechos con esta decisión, el conseller d'Educació i Cultura del Govern, Francesc Fiol, fue el único que eludió pronunciarse sobre esta cuestión. Un portavoz de la conselleria aseguró que Fiol no haría ningún tipo de declaraciones al respecto para no interferir ni enfrentarse con las decisiones tomadas en otras comunidades autónomas. El mismo portavoz aseguró que el conseller prefería no hacer ningún tipo de valoración política.

La reacción positiva de los partidos políticos se centró en que, en este debate, por fin se han tenido en cuenta argumentos científicos más allá de decisiones políticas. En esta línea se pronunciaron Rosamaría Alberdi (PSOE), Bàrbara Bujosa (PSM), Damià Nicolau (UM) y Miquel Rosselló (EU-EV).

A la satisfacción general de los representantes políticos de la oposición se sumó ayer la Obra Cultural Balear (OCB), que envió un comunicado en el que se congratula de que se cierre «la batalla» por la denominación del catalán con el reconocimiento de la unidad de la lengua.

En el comunicado, la OCB insta a los gobiernos de Balears, Valencia y Cataluña a que trabajen conjuntamente por recuperar el uso social de la lengua propia «y por el reconocimiento de los derechos lingüísticos de los catalanoparlantes en sus propios territorios, en el Estado Español, en la Unión Europea y en ámbito internacional».

Para la OCB el reconocimiento de la unidad del catalán es todo un éxito, «son el perjuicio de que se use la denominación histórica de valenciano» para designar el habla de los habitantes de esta comunidad. Los responsables de esta entidad consideran que se había abierto una batalla «absurda» que lo único que ha conseguido es que se retroceda en el uso social de la lengua.

«Este dictamen es un importante paso adelante ya que para una polémica artificial alentada por intereses políticos partidistas que no tienen nada que ver con la ciencia y la razón», asegura el comunicado.