El pasado 21 de enero falleció en Madrid, donde residía, a la
edad de noventa y ocho años, pero sus restos reposan ya en el
cementerio de Porreres, el pueblo que le vio nacer. De su
matrimonio con Juana Ana Darder, de Valldemossa, nacerían ocho
hijos: Miguel, Francisca, Inés, Matías Juan, María Dolores, Juan,
Carlos y María Mercedes. Casi todos siguieron los pasos de su
padre, al estudiar farmacia o medicina. Don Miguel regentó su
propia farmacia en Esporles, donde vivió durante casi más de
treinta años. Simultáneamente abrió un laboratorio especializado en
la creación de productos dermatológicos bajo el nombre de
Laboratorio Pinals de Picornell Gornals.
«Fue un hombre entrañable, honesto consigo mismo y con los
demás, religioso, trabajador infatigable, la bondad personificada»,
le describe con gran cariño su hija Inés, médico en Neurofisiología
Clínica y secretaria del Consejo Nacional de Especialidades
Médicas. A los sesenta y cinco años, don Miguel y su mujer se
trasladaron a Madrid, concretamente al barrio de El Pilar, donde
abrieron una farmacia que hoy en día regenta su hija Dolores. A
pesar de su traslado residencial, la familia y sus hijos se reunían
en Esporles, adonde acudía el matrimonio puntualmente para gozar de
la Isla tanto en verano como en Semana Santa.
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