Rosa Asturias, empresaria propietaria de un restaurante de Palma se
ha declarado en huelga de hambre ante las amenazas, insultos y
daños materiales que, según ha denunciado, le han causado algunos
miembros de su comunidad. Afirma que sus vecinos le han interpuesto
numerosas denuncias desde que inauguró el local, que abrió sin
licencia de actividad a la espera de la resolución del Ajuntament
ante la necesidad de afrontar sus costes fijos.
La empresaria explica que desde entonces fue sometida a una
inspección de Turisme, la cual resolvió que había incurrido en una
falta grave sancionada con una multa de entre 3.000 y 30.000 euros,
y numerosas visitas de la policía, que la sometió a las pruebas de
ruido, que superó.
También asegura que la comunidad se negó a facilitarle las
llaves de la azotea, cuya puerta forzó para habilitar una
conducción de salida de humos, aunque afirma que una vecina abrió
un boquete y lo tiró a abajo. La Asociación Balear de Restauración
expresó ayer su total apoyo a su asociada y afirma que colaborará
en la tramitación de licencia.
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