Miró conquista Cibeles

El diseñador mallorquín José Miró vino, vio y venció en la XLI edición de la Pasarela Cibeles que estos días acoge la capital madrileña en el Parque Ferial Juan Carlos I. El pabellón estaba lleno a rebosar, no cabía ni un alfiler. Una luz en tono verde oscuro precedió a las modelos, que comenzaron a desfilar al ritmo de una música que tras un suave adagio dio paso a un allegro ma non troppo a un ritmo trepidante. Aplausos a diestro y siniestro. Cazadoras vaqueras con volantes, cuerpos ajustados, faldas vaporosas y con vuelo, vaqueros ceñidos y vestidos que combinan la sensualidad de las transparencias con la agresividad de la tela vaquera. La gama de colores se exhibe en todo su esplendor desde los naranjas y azules hasta los beige, crudos, rosas, marrones o el oro donde los abrigos, chaquetas, faldas, jerseys y blusas juegan con la verticalidad y la luz.

Ésta es la combinación que nos sugiere Miró para la próxima colección otoño-invierno 2005-06 donde las líneas tropiezan, se cortan e interseccionan formando estructuras donde las superficies planas brillan por su ausencia. El tímido mallorquín fue el único que ayer, último día de la Pasarela, se atrevió a desfilar, recibiendo una gran ovación. El diseñador expresó su gran satisfacción por el apoyo prestado por su «incondicional» equipo y nos describió su atractiva y sugerente colección basada en «el gótico pero en su vertiente luminosa. Es muy femenina, alegre, exhibe el carácter fuerte de la mujer y dos contrastes límite entre lo pesado y lo ligero, lo dulce y lo agresivo. Intento mezclar dos polos opuestos para conseguir un resultado de equilibrio donde muchas veces no lo hay».