«Palma es junto con Barcelona el principal destino turístico de
cruceros», pero no ofrece las condiciones necesarias para «dar una
correcta cobertura» a esta demanda, dijo. Un estudio encargado por
la Cámara de Comercio de Mallorca, Eivissa y Formentera fija en
unos 1.800 millones el coste de reforma y ampliación del puerto de
Palma, que permitiría descongestionar esas instalaciones y
adaptarlas a las necesidades de tráfico a un horizonte de 50
años.
El proyecto prevé la ampliación del Muelle de Poniente, la
construcción de un nuevo Dique del Oeste (ganando un kilómetro
hacia el mar) y la edificación de una terminal de cruceros próxima
a la Catedral de Palma. El dinero necesario para acometer esa obra
de ingeniería, que presenta muchas dificultades reconocidas por los
redactores del proyecto, tendría que aportarlo el Estado, dado que
la Autoritat Portuària no tiene presupuesto suficiente y perderá la
capacidad de financiación vía fondos europeos a partir de 2007,
según ha afirmado su presidente, Joan Verger.
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