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El nuevo presidente de la Asociación de Hoteleros de la Platja de Palma, Francisco Marín, anunció ayer que no piensa realizar una labor «continuista», en clara alusión a su antecesor en el cargo, Jordi Cabrer, hacia quien tuvo palabras de agradecimiento por el trabajo realizado. Y apuntó que entre sus principales objetivos destacará, ante todo, «el desarrollo y ejecución del consorcio de la mejora y embellecimiento de la Platja de Palma».

Apoya la implantación de la «tarjeta verde» y de la Lototrot, aunque en estos dos proyectos pide máxima transparencia: «La Lototrot me parece una buena idea, de ahí que apoyaremos su implantación en los aquellos hoteles que estén dispuestos a ofrecer este servicio. El éxito de la tarjeta verde dependerá de cómo se venda este producto y cómo se explique y publicite. Si la gente no lo conoce, nada se podrá hacer. Asimismo, hay que tener en cuenta que también dependerá de la capacidad adquisitiva de los turistas».

No es muy optimista sobre la evolución de este proyecto, que supondrá en quince años una inversión en la zona de más de mil millones de euros, pero dejó claro que «la reconversión de la Platja de Palma no debe centrarse sólo en actuaciones inmobiliarias, sino también en llevar a cabo toda una labor de esponjamiento. Nos tendremos que mover y presionar a la clase política para que la ejecución del proyecto comience y no se eternice, que haya dotación económica suficiente, así como velar para que las obras tengan lugar en temporada baja, de octubre a abril. Ésta es una condición sine qua non para evitar que haya problemas».

Al respecto, añade que si la «tarjeta verde» tendrá un coste de 10 euros, «aquí, en la Platja de Palma, hay hoteles que en temporada baja se comercializan a 10 euros por día en régimen de media pensión. El éxito dependerá de la capacidad adquisitiva de los turistas».

Insistió en que quiere desarrollar su trabajo en los próximos cuatros años, «con una prudencia ordenada y no salir tanto en los medios de comunicación, puesto que en el caso de Jordi Cabrer se confundió su propia persona con la presidencia de la asociación. Y esto fue negativo».